La variante covid-19, originada en el Reino Unido, ha llegado recientemente a los Estados Unidos y, según las autoridades, ya ha conseguido extenderse a al menos 50 estados del país. Los expertos creen que, si no se trata a tiempo, se producirá un nuevo pico de infecciones de la enfermedad que desencadenó la pandemia en 2020.
¿Cuál es la situación actual de la sanidad en Estados Unidos?
La variante, conocida científicamente como B.1.1.7, es potencialmente mucho más infecciosa que el virus original y, por tanto, tiene una capacidad de propagación mucho más rápida. Actualmente, se han registrado algo más de 15.000 casos de esta nueva cepa en Estados Unidos.
El registro también coincide con los planes en EE.UU. de una producción masiva y acelerada de vacunas para inocular a toda la población lo antes posible. Sin embargo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otros organismos reguladores han hecho un llamamiento constante a la población para que mantenga las medidas de bioseguridad y prevención establecidas, incluso después de la inoculación completa.
¿Debemos alarmarnos?
Michael Osterholm es un médico, actual director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, que afirmó que, sin embargo, es poco probable que prevenga o cause muchos más problemas de los previstos, ya que las vacunas que se producen actualmente son suficientemente eficaces para combatir las variantes.
Sin embargo, el Sr. Osterholm señaló que lo que puede suponer un problema es la rapidez con la que se producen suficientes vacunas para hacer frente a la situación a tiempo.
Esto es significativo si se tiene en cuenta que la tasa de vacunación de la población estadounidense es cinco veces superior a la tasa de vacunación mundial, y que al menos el 40% de los adultos mayores del país han recibido al menos una dosis para completar la inoculación completa.
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